El cáncer colorrectal, una de las enfermedades oncológicas más comunes en el mundo, está en aumento debido a los cambios en los hábitos alimenticios, el sedentarismo y el consumo de sustancias tóxicas.

Así lo explicó a Zona Cero el médico Luis Cerchiaro, Radioncólogo y especialista líder del servicio de Radioterapia de la Clínica Bonnadona, quien hizo un llamado a la prevención y la detección temprana.

“El cáncer colorrectal a nivel mundial está entre los tres o cuatro primeros tumores que tienen mayor incidencia. De hecho, el número de casos de cáncer colorrectal viene en aumento debido a los cambios en los procesos de alimentación”, advirtió el especialista, asegurando que esta enfermedad viene en aumento desde los últimos 15 años.

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Apuntó a que el cáncer, su mayor incidencia, es en el adulto a partir de los 50 años y casi que el 60 o 70 por cierto se presenta en pacientes mayores de 70 años. 

Sin embargo, explicó que con todos los cambios en los procesos de alimentación, el sedentarismo, la ingesta de alcohol y el cigarrillo, el cual es uno de los agentes cancerígenos más potentes que existen, se están registrando casos de jóvenes con cáncer colorrectal. 

“Hoy en día, los jóvenes consumen de todo y este consumo es lo que ha provocado que el cáncer colorrectal aparezca en pacientes cada vez más jóvenes. Por eso, incluso hoy en día se realizan endoscopias y colonoscopias a pacientes a partir de los 45 años”.

El radioncólogo manifestó que el cáncer colorrectal es muy “similar entre hombres y mujeres”, un poco más frecuente en hombres, pero que se presenta en la edad adulta.

“No es un cáncer común en pacientes de 25, 30, 35 o 40 años, pero con todas las alteraciones en los procesos de alimentación. La gente ya no consume mucha fruta, ni fibra. Se ha disminuido comer vegetales, pero sí alimentos ultraprocesados, las carnes frías. El aumento de consumo de carnes rojas, genera que haya mayor presencia de alteraciones premalignas como los son los pólipos, el estreñimiento, la disminución en ingesta de agua, todo eso genera que a nivel intestinal no haya un adecuado funcionamiento. Este funcionamiento inadecuado genera lesiones premalignas como lo son los pólipos gastrointestinales o los intestinales”. 

Los pólipos gastrointestinales son formaciones anormales que se desarrollan en la mucosa del sistema digestivo, especialmente en el colon y el recto. 

Aunque en la mayoría de los casos son benignos y frecuentes, ciertos tipos, como los adenomatosos, tienen el potencial de transformarse en cáncer de colon, por lo que se aconseja su extracción durante una colonoscopia para ser examinados.

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Los pólipos intestinales son formaciones que aparecen en la pared interna del intestino grueso o del recto, y suelen presentarse con frecuencia en adultos, sobre todo en personas mayores de 50 años. 

Según el doctor Cerchiaro, es difícil predecir la evolución de los pólipos intestinales, pues su evolución depende de su tamaño y estructura anatómica. Señala que pueden ser normales, ya que los adenomatosos son los pólipos más comunes, pero existen otros tipos que tienden a transformarse.

El especialista explicó que “el intestino grueso está dividido en colon ascendente, transverso, descendente, sigmoide y recto. Cuando hablamos de enfermedad colorrectal, nos referimos a una alteración oncológica que puede desarrollarse en cualquiera de esas zonas”.

Señales de alerta y diagnóstico temprano

El médico. Elchearo destacó que el cáncer colorrectal suele ser asintomático en sus primeras etapas, por lo que los chequeos periódicos son esenciales.

“El cáncer colorrectal suele ser asintomático cuando no se presentan los síntomas que describo, y solo se manifiesta cuando los tumores alcanzan cierto tamaño. Por lo tanto, es importante comenzar a realizarse colonoscopias periódicamente a partir de los 45 años”, indicó.

Aseguró que “cuanto antes se detecte una lesión tumoral, mayor será la probabilidad de una respuesta al tratamiento. Es decir, un paciente al que se le detecta el cáncer en estadio 1 o 2, tiene más probabilidades de tener un mejor pronóstico que en estadio 3 o 4”.

Sobre los métodos diagnósticos, explicó que al detectarse una lesión durante la colonoscopia, el pólipo se extrae y se envía a estudio anatomopatológico.

“Este estudio anatomopatológico es el que determinará si es normal o anormal. Cuando los pólipos son muy antiguos, su celularidad se transforma en celularidad oncológica o cancerosa”, añadió.

Tratamientos 

En cuanto al tratamiento, el jefe de Radioterapia de la Clínica Bonnadona detalló que el cáncer de colon se maneja quirúrgicamente, y luego, según el estadio, con quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia.

“Una vez que una colonoscopia muestra un resultado positivo para una lesión luminal (una lesión en el colon) o algún otro estudio, que puede incluir una tomografía y se detecta una lesión en la pared colorrectal, lo primero que se hace es estadificar la enfermedad, buscar qué espesor de la pared está ocupando la lesión, si olitera o no la luz, buscar si hay adenopatías o ganglios asociados a la enfermedad, y descartar que haya enfermedades a distancia”.

Luis Cerchiaro manifestó que luego de realizar los estudios antes mencionado, se puede establecer el estadio de la enfermedad, y posteriormente, se direcciona el tratamiento.

“El cáncer de colon, en particular, se trata quirúrgicamente y, posteriormente, según el estadio y las necesidades, con quimioterapia e inmunoterapia. Hoy en día, la ciencia ha avanzado enormemente, y en oncología, especialmente, ha experimentado un progreso extraordinario. La inmunoterapia ha permitido tratamientos más específicos, precisos y focalizados, con menor toxicidad. Sin embargo, no todo se trata con inmunoterapia. Existen líneas de tratamiento que deben seguirse, de acuerdo con las guías de práctica clínica. Por lo tanto, según las necesidades de la enfermedad, el tratamiento se adapta: cirugía, quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia”.

El radioncólogo insistió en que la prevención es la mejor herramienta para reducir los casos de cáncer colorrectal. 

“Una dieta rica en fibra, frutas y verduras, acompañada de una adecuada hidratación, puede marcar la diferencia. Beber entre dos y tres litros de agua al día, evitar los alimentos procesados y reducir el consumo de carnes rojas son medidas básicas”, recomendó.

También destacó la importancia del movimiento físico: “El colon se mueve según cómo nos movemos. El sedentarismo ralentiza el tránsito intestinal, mientras que caminar estimula su función. Hacer ejercicio es fundamental para mantener un colon saludable”.

Finalmente, el especialista reiteró su mensaje de prevención, que es consultar siempre con el médico, no ignorar los síntomas, hidrátese bien, mantengan una buena alimentación y realicen sus chequeos anuales. 

Actualmente, la Clínica Bonnadona atiende a 547 pacientes con cáncer colorrectal: 397 son pacientes mayores de 60 años, 142 son jóvenes entre los 18 y 28 años, y 8 en rango de adultez entre los 29 y 59 años.